Arte

Un escrito de Paty, una de esas amigas que tienen fuego en las entrañas.

El arte entre mujeres solo se puede describir como una llamarada que nace desde lo más profundo, y si no sabes jugar con esa llamarada puedes salir herido por las quemaduras; Mientras tanto sientes como ese calor innombrable te vuelve más fuerte en todos los sentidos, inclusive en esos que no sabías que existían, sientes que todo lo que has vivido ha sido entre sombras, pues revives, te iluminas: se refleja en esa pasión, esa felicidad a cada paso que das.

Llegas a la línea fronteriza donde no puedes dar un paso atrás, no sabes como ni porque has llegado a esa frontera y decides caminar hacia adelante, sin saber lo que puede llevar consigo esa decisión. Simplemente quieres sentir ese calor, ese fuego que te consume poco a poco y al mismo tiempo te da vida. Un paso sin voltear atrás y sientes su cuerpo contra el tuyo... sientes como su corazón y el tuyo se unen y tocan en un ritmo de tango... que en cada paso la pasión estalla y tocar cielo es cada vez más real, Solo tú puedes decidir hasta donde llegar, pero una vez que lo pruebas, dar un paso atrás es la muerte.

Intensa-Mente

¿Alguna vez has mirado a alguien y te has preguntado qué estará ocurriendo dentro de su cabeza?, ¡pues yo lo sé!... bueno, al menos en mi cabeza.




Para mamá

Pomposas las antiguas dicen que era mejor el ayer que el ahora
que tengo una mala madre, desasosiega, sin hechura, soñadora
pero la que es mi madre hace más que cuidar niños inquietos
es la que se enreda entre la vida para darme sus secretos;
más que la ropa impecable siempre, o la comida caliente...
es la que nos da de su alma aquello que no puede verse.

Escuchando desdeñosos de las antiguas podemos reírnos juntos
porque la vida rauda sigue sin saber de sus asuntos,
y si es mi madre mala, como claman en tono tan rotundo,
ruego entonces qué nunca cambie, que sea siempre la peor del mundo.


Ni mitz tlazohtla

Para los nahuas no existe la palabra amor, ellos no dicen “te amo”, dicen “yo te tomo destrozado y te devuelvo íntegro",  para ellos amar es limpiar la inmundicia; todas las penas, las tristezas,  las culpas, el dolor, la desconfianza, la inseguridad…  en ésta cultura, el amor cosiste en limpiarte el espíritu de las sombras y permitir que tu luz brille cada día. Para ellos el amor no es un sentimiento, es el compromiso diario en la limpieza de espíritu del ser amado.


Ni mitz tlazohtla: "Yo te limpio del barro".


Bitácora onírica VIII

Laberinto

En las penumbras continúo, a mi paso las rocas se tuercen de maneras intrincadas y laberínticas, por mi cabeza desfilan de repente las ideas de regresar, pero ante semejante confusión me es imposible encontrar mis propias huellas de vuelta a las arenas cantantes, me acongoja observar mi lánguida luz que parece agotarse, será una carrera de tiempo entonces contra la propia oscuridad, el empolvado pasillo lleno de recodos y giros inverosímiles me lleva hasta un atrio donde descansa sola una pequeña puerta vieja, cansada y oxidada, sus gruesos barrotes en la parte superior de cuando en cuando son atravesados por deambulantes criaturas casi microscópicas, la pobre puerta casi se nota agotada, caída e inclinada no puede reflejar más que pesares que no comprendo del todo, su vibra seguramente no podría ser menos agradable, sin embargo abro esa puerta; tras ella el vacío me obliga a entrar de manera violenta cerrándola de forma furiosa detrás de mi, y desde el fondo choco con una pared enmohecida, pero al retroceder me doy cuenta que la habitación cae junto conmigo por una de sus esquinas, frenético me sostengo de una frágil varilla mientras la arena y el polvo comienzan a viajar hacia el abismo casi como si quizieran arrojarme dentro. Ávidamente me sostengo buscando una salida... Es cuando veo el tenue rayo de luz sobre la puerta, mi escuálida mirada se encuentra con un pequeño pasaje y sin dudarlo salto hacia su encuento por encima de la puerta, con cierta dificultad logro subir, el pasaje es circular y estrecho, casí como un viejo tubo, continuo arrastrándome, parece volverse más estrecho y vaciló a cada pequeño tramo recorrido, pero repentinamente desde el fondo la luz se vuelve más intensa, ¡una salida! ¡es una salida!


Dulce Universo III

Un bosque muy extraño

Todo parecía perdido para añeja coneja, el reino de malvavisco había sido tomado, el orbe de caramelo estaba roto y ella había quedado mal herida por la lucha. Mientras tanto ocurrian sucesos extraños en el bosque de wafles,

Ahí estaba la pobre Coneja: tirada en medio del bosque con medio relleno de fuera, sola y con las patas torcidas... aún modorra intentó levantarse solo para darse cuenta que estaba siendo picada con un palo -¡ah, déjame!- gritó Añeja Coneja horrorizada -¡hay, estás viva! Yo que pensaba enterrarte para hacer composta- Se trataba de una extraña ocelota gris con manchas púrpura. La extraña ocelota la vio con una mirada un tanto perturbadora y le dijo -Se exactamente que hacer contigo- al tiempo que recogió todo el relleno y lo selló con un enorme cierre. -Nuuuuu, nuuuu- gritaba la coneja sin darse cuenta de que ya el cierre había quedado bien puesto -Tranquila, no te pongas friki que ese es mi trabajo, soy Rarosa Ocelota y vivo en este bosque alejada de toda la gente falsa, ¡qué suerte que quedaste bien!- Añeja se levantó lentamente y miró a su alrededor; estaba en medio de un bosque con grandes arboles con hojas de waffles en los que crecían pequeñas bolitas de miel de maple con canela espolvoreada, por doquier crecían arbustos de donas de chocolate glaseadas y de cuando en cuando había un claro que dejaba ver el suelo de galleta de vainilla al descubierto; era un lugar muy diferente del reino de malvavisco.

-Necesito regresar... La reina... El orbe... ¡La perra omega!- comenzó a gritar Añeja Coneja. Rarosa seguía sentada con la pata cruzada, sosteniendo un pájaro muerto entre sus manos, se levantó metiéndoselo al bolso y le dijo a la desorientada coneja: -¿Eres una coneja de las nubes de malvavisco verdad? Estas muy lejos de casa- Añeja continó viendo todo desorientadamente -¿Pero que es este lugar tan extraño?- preguntó finalmente más calmada la histérica coneja -Estás en el bosque de waffles, todos y todo es muy extraño aquí, aún que de todos modos no hay mucha gente, y tú eres de lo más raro que ha llegado en mucho tiempo; yo estaba feliz haciendo mis cosas friki y acosando gente cuando apareciste de la nada, saliste de un torbellino de polvo y azotaste en el suelo del bosque, ni modo que te disecara eres muy grande, así que se me ocurrió hacerte composta- Añeja coneja se quejó ridículamente -¡Nuu, nu quiero ser composta!- Rarosa hizo un gesto y giró sus ojos para luego decir -Sabes, la perra omega es la más desgraciada y mala del mundo, no será fácil ponerla en su lugar así como así, lo bueno es que por suerte sé quién puede ayudarte- La coneja saltó de alegría, o al menos lo intentó -¿Quién puede ayudarme?- -¿Pues quien más?, ¡la gran hada Maritzilea de la mantequilla!... aún que está muy, muy, muy, muy lejos de aquí- Añeja comenzó a berrear nuevamente ante el comentario de Rarosa,

La extraña ocelota era solo muy friki y no es que fuera mala, así que se puso un par de tenis converse rallados y pintarrajeados y con decisión le dijo a la ridícula coneja; -No te preocupes, si quieres, yo te acompaño- Añeja dejó de llorar y se quedó pensando antes de responderle a Rarosa Ocelota -¡Yay que bueno!, pero... ¿de veras está muy lejos?... es que me duelen mis patitas, son frágiles... ¡aaah! ¡buuu!... ¡creo que están rotas!- dijo la patética coneja mientras comenzaba a llorar otra vez -Rarosa estabá un tnto exasperada para ese momento, pero solo volvió a girar los ojos y continuó- Verás la gran hada vive en lo más algo de la montaña de hotkaces al final del bosque de wafles, justo arriba del cuadrito de mantequilla, y con esas patas rotas no vamos a llegar lejos- Rarosa se sentó a pensar con detenimiento mientras Añeja empezó de nuevo con su histeria -¡Hay no es cierto!, ¡mis patitas me duelen, están rotas!, ¡el cierre me pica! Buuuu, buuuu- de repente sus quejas se vieron interrumpidas por Rarosa que comenzó a caminar en la otra dirección, añeja se levantó tras ella -Hacía el otro lado del bosque podemos ir a hablar con Jotillo Zorillo, nadie mejor que el para darle a tus pobres patas los mejores zapatos del reino- -¿y está muy lejos? -Pues casi nada, hay que pasar el bosque de wafles y llegar hasta ciudad chupirul, estaá lejos pero no hay que subir montañas porque es planito, ¡Anda no te preocupes, ya casi estamos allá-

Y así Añeja Coneja y Rarosa Ocelota partieron hacia ciudad chupirul en busqueda de Jotillo Zorrillo...

Continuará...


Uno de esos días

Hoy fue uno de esos días:
Por la mañana el alba me cayó encima de forma inesperada
la extrañeza se paseaba curiosa al lado de mi cama
y pude sentir como su frialdad goteaba triste sobre mi cara
así, el querer salir de casa se volvió una gran hazaña.

Hoy fue uno de eso días:
Por la tarde la ciudad rauda sola siguió con su danza
los ojos vigilantes de artefactos se paseaban vulgares
y entre los fierros y el concreto la vida susurraba en sus andares
así, la veloz huida se volvió tan anhelada.

Hoy fue uno de esos días:
Por la noche dejó a mi alma triste y a mi carne exhausta,
más no me acongoja el aire gris del alba ni el gélido murmullo de la noche que se arroja
y de entre todas tu memoria surge a la distancia
así, me basta mirar tranquilo a la ventana y pensar solo en tu boca.

Hoy fue uno de esos días,
¡qué bello es sentir la vida!


Coma

No es que quiera presumir, pero me gané una aparición en un cómic web fabuloso que se llama "Coma", si no lo has visto aún te lo recomiendo ampliamente. Como no sé cuanto tiempo vaya a tener luego de iniciar el SS (¡Sí, por fin!) aprovecho para poner la historia de todo esto, la cosa estuvo así: resulta que gané una rifa para aparecer como un personaje de la historia que cuenta Virus Visal en Coma, pero ya que el año anterior lo que pedía era una historia o cómic invitado pues yo tenía ya algo preparado, recuerda que es el mundo de los sueños, y pueden pasar cosas muy muy extrañas.

Pasen a dar amor al cómic en la página de coma.

El hombre entre las sombras

Yo solía ser una pesadilla de gran poder, temible e insaciable, vagaba por el mundo de los sueños atormentando a cuanto soñador se cruzaba en mi camino, era fácil, pues las sombras y sus movimientos han sido siempre un gran temor entre los humanos que me alimentaban con sus miedos, pero sin darme cuenta, pasó algo que me cambió para siempre: un jovencita bella e inocente que vio por primera vez entre mis sombras algo más que el miedo y el temor; intenté dominarla, intenté asustarla, pero su energía era fuerte y fue capaz de descubrir entre mis sombras una forma distinta, una que puede alimentarse de esa energía positiva que emanan los humanos cuando sueñan con grandes proezas, diversión desenfrenada y amor imposible.

Si, ese día me transformé en otra cosa, y no he vuelto a ser el de antes; surgió de mi propia esencia una forma más parecida a los humanos que a las sombras, ella se acerco a esta nueva forma, me abrazó y acercándose a mi oído susurro: "sé que siempre estarás en las sombras, sé que siempre estarás cuidándome" y mientras me abrazaba con fuerza comenzó a desvanecerse, estaba despertando. Jamás volví a verla, jamás volví a ser el de antes, me he mantenido con la forma que esa joven me dio, ahora de ahí emanan mis sombras, a veces para aterrorizar, a veces para cuidar y reconfortar, ya no puedo decir si soy un sueño o una pesadilla, si soy bueno o soy malo, soy solo yo. El mismo Morfeo me lo dijo, los sueños no somos solo buenos o malos, no lo comprendí hasta ese momento; el recuerdo de los humanos nos mantiene vivos, pero son sus emociones las que nos dan energía, a veces positiva, a veces negativa podemos ser el mal o podemos ser el bien, sueño o pesadilla, tú escoges.


La ciudad mecánica

La ciudad sigue, como siempre, a media luz; el sonido de las máquinas de vapor y los engranes que la mantienen viva crujen, rechinan y resuenan de una forma casi musical, los viajeros soñadores van y vienen teniendo aventuras con máquinas extraordinarias y amores imposibles entre las sombras, a otros cuantos los atormentan las pesadillas, otro día más en la ciudad; mi mundo, mi reino, todo es como debe ser. Viajo entre las sombras viéndolo todo, me gusta que las cosas se mantengan en movimiento con soñadores de todo tipo, sueños y pesadillas, algunos eliminadores, cazadores y trasfiguradores, no hay algo que haga falta en este lugar y eso lo que lo hace tan interesante.

El recorrido de hoy ha sido muy particular, parece que han llegado algunos soñadores que sacudirán un poco las cosas, no tan efímeros como los que suelen visitarnos, y por supuesto, lo primero que deberé hacer es traerlos hacia mí, pues algo me dice que no estarán solos. Por suerte no necesito enviar por ellos, mis propias sombras harán el trabajo, lo primero será separarlos...








Bitácora Onírica VII

Puerta abierta.

Arduamente intenté abrir las grandes y oxidadas puertas que se erguirán sobre mi unívoco camino, luego de luchar en su contra sin mucha esperanza clamé por ayuda a mis sombras proyectadas sobre la arena, ellas solo parecerán burlarse de mi peripecia de entre sus temblores; resguardadas en la blancura de la arena, solo siguieron mirándome mientras subía de a poco la enmohecida aldaba que lanzó en ese momento un estruendoso chillido al correrse dejando salir pequeñas partículas fogosas que fueron a dar a los pies de mis sombras burlescas que entonces se tornaron solemnes. Descuidado y sin necesidad de más las pesadas puertas cayeron a mis pies; se levantó entonces una ola de polvo cubierta de espuma blanca que enmudeció a esos pocos granos de arena que aún susurraban en el anonimato, y tras su paso, aquella neblina me dejó entre ver entonces el pie de unas largas y empinadas escaleras con los bordes gastados y ennegrecidos por el polvo; solas en la oscuridad, eternas entre la blancura de la arena, tan solo reflejando de cuando en cuando de manera desdeñosa una ínfima parte de luz de luna en sus paredes. No pude más que atravesar el umbral, pues tras las piedras la arena cobijaba al horizonte llevándose los esbozos de vida. Con una lágrima de la luna me llené de valor y con una solitaria concha de la arena atrapé mi luz sin saber si bastaría para ver en la oscuridad, suspiré mientras mis pasos torpes comenzaron a bajar adentrándome en la roca, jugando con la oscuridad ya solo escuchaba mis pasos, solo podía sentir mi aliento, solo veía mis propias sombras en las pálidas paredes subterráneas que parecían consumir toda la delicadeza de luz que osaba siquiera acercarse desde la superficie, mi luz tendría que ser suficiente.


Bitácora onírica VI

Canción de las dunas. 

Cruel despertar, y luego, ante mí solamente la tierra arenosa crepitando bajo mis pesados pasos, inmenso paraje desolado de aires turbios, con cielos oscuros y cristalinos bajo un paisaje submarino, a lo lejos la inmensa luna llena en todo su esplendor sumergiéndose desde el cielo, de tal grandeza y brillo que casi podía tocarse; me dirigí hacia ella pues era todo lo que podía ver en la interminable planicie de arena blanca. Al caminar mis pasos se detenían a escuchar cada grano de arena que chocaba contra mis pies, y así, escuchando su canción de agonía continué mi marcha. El murmullo de la canción de aquellos granos de arena continuó en mi camino, nunca intenté responder a sus lamentos, jamás me pregunte cual sería el dolor detrás de aquellos versos ininteligibles, simplemente me limite seguir mis pasos al compás de el sonido de su canción. Me corroía desde dentro un terrible sentimiento de culpa “no quisiera pisarlos” pensaba mirándolos fijamente esperando su aprobación, pero solo continuaban con su lamento. De pronto el silencio volvió a reinar, y al cesar su elegía me encontré de nuevo solo en el silencio de las dunas frente a un gran muro de piedra, nada detrás, nada cerca, solo sus viejas y oxidadas puertas.




Bitácora onírica V

Entre la luz

Una sensación de calidez expulsó el frío de mis helados huesos, abrí los ojos en un súbito espasmo: flotaba en un haz de luz desde lo más profundo hasta la tierra que yacía lejana. Parecía que el abismo se abriera ante aquella luz cegadora revelando un nuevo mundo, un nuevo y completo horizonte; me hundía lentamente, “¿Importa?, quizás no”... estaba embelesado siguiendo el vaivén de las burbujas a mi al rededor, “¿de donde vienen?, todo es tan luminoso, tan azul, tan místico...”. Un fuerte estruendo de incertidumbre interrumpió mis pensamientos, “¿que pasa?, ¿quiero verlo, realmente quiero dejar esta sensación?” finalmente no pude evitar seguir ese fiero instinto, traté de incorporarme más sin embargo me fue imposible dejar de pensar en mi situación actual: “flotando, como gelatina baila el universo”. Por fin dejo de divagar para abrir los ojos a mi entorno nuevamente; abren desde lo profundo la oscuridad del cielo, “al parecer rugen estruendosamente al encenderse”, aparece otro, y otro mas, sin embargo vacíos y fugaces. De golpe la luz me empuja hacia abajo a gran velocidad, quiero tomar aire para gritar pero es inútil, el aire es denso y pesado, y es cuando me doy cuenta; ¡no he estado respirando todo ese tiempo! Crece mi desmesurada angustia al no conseguir hacerlo, jadeante termino en el frío suelo “Al menos, ya puedo respirar...” siento como se desvanece todo a mi al rededor, o soy yo quizás el que se desvanece.


La leyenda de los árboles

Original de Yanine, una de esas amigas que tienen arañas en la cabeza...


Cuenta una vieja historia, que aquella noche de viento y tormenta cayeron dos semillas al suelo separadas por tres metros una de la otra, la fértil caricia de esa tierra hizo que ambas vieran crecer su primer hoja, sus troncos engrosaron y parecían dirigirse a diferentes extremos, extendían sus ramas hacia el cielo y sus raíces en el suelo, por años se vieron bailando al compás de otros vientos, quisieron tanto ser libres que todas su ramas se dirigieron al cielo, y así cuando quisieron de sus ramas tomarse el tiempo se mostró incesante, pasaban los años y ellos no podían alcanzarse... "No sé si te deseo más de lo que te quiero o te necesito, o si puedo anteponer cualquiera de las tres palabras al principio"... cansados de sólo admirarse uno frente al otro, en el momento más preciso, en aquel instante perfecto a tres metros bajo el suelo fueron sus raíces quienes les regalaron un primer beso y la promesa de ser eternos.


Escríbeme algo

Déjame saber que es lo que piensas...


Dulce Universo II

¡Fuera de mi nube!

El pánico seguía en la ciudad, los animales se levantaban en contra de la perra omega y sus seguidores y la reina luchaba con todas sus fuerzas, pero la perra omega no estaba tras la reina...

Dentro de la gran torre se encontraba Añeja Coneja custodiada por los dos guardianes, el pollito lloraba en una esquina en silencio sin decir nada, y al fondo el púlpito del orbe de caramelo brillaba con intensidad iluminando la sala entera, los grandes conejos guardianes salieron dejándolos solos en la gran torre; se trataba de una edificio alto y angosto con una sola ventanita en el punto más alto que dejaba pasar solo un tenue rayo de luz de día, era una habitación secreta a la que solo se podía entrar accediendo por el mismísimo trono de la reina a través de un pasadizo secreto, un lugar en el que además de la reina y sus guardianes nunca había entrado nadie desde hacia milenios. -¡Osh ninos!, por que me toco ser nana, ¡nu quiero!, no se ni como se hace esto, pero el orbe va concederte tu deseo escuiclito...- Dijo Añeja al pollito mientras lo colocaba frente al brillante orbe sin que nada sucediera- -¡Yo no sé como se hace esto!- dijo el pollito angustiado – Solo intenta pedirle que la perra omega regrese a donde pertenece.- Así el pollito se decidió a pronunciar su deseo, pero en ese instante la pequeña puerta se abrió dejando entrar de manera aspaventosa a la perra omega que, ante sus atónitos ojos sostenía el molinillo mágico -¡Este sera vuestro fin! quédense quietos panda de críos insensatos- dijo con un tono aún más fingido y sobre actuado que antes, y con un rayo de miel separó a Añeja Coneja del pollito, otro más y la dejó con medio relleno de fuera, en el suelo jadeando para respirar. -¡Por fin es mio!... ¡mio!- Sonrío malévolamente y se acercó con lentitud, admirando su momento de gloria; Pero Añeja Coneja consiguiendo coraje desde su último aliento saltó hasta el orbe tocándolo al mismo tiempo que la perra omega. -¡Oh poderoso orbe os pido saques a todos de este reino para que yo pueda gobernarlo!- Gritó casi al unísono la pobre coneja: -¡Nuuuuu!, ¡nu quiero!... ¡Nu quiero que el orbe sea tuyo!-. El orbe comenzó a destellar hasta despedir una luz cegadora; todos salieron volando por los cielos hasta desaparecer y la ciudad del reino malvavisco quedó desierta, solo quedó la perra omega frente al orbe. -¡Por fin! Es todo mio, ¡Con el orbe de caramelo y el molinillo mágico nadie podrá vencerme jamas! ¡jajaja!- Ella trató de sostener el poderoso orbe, pero antes de que pudiera siquiera volver a tocarlo un estruendo simbró todo el castillo, ¡el orbe se agrietaba y se rompía entre ases de luz y chispas incandescentes!, finalmente tras una gran explosión solo quedó en medio de la torre vacía un montoncito de polvo.

Furiosa, la perra omega entró a la sala imperial del palacio, y convocando el poder del molinillo mágico hizo que la propia reina se postrara a sus pies. -¿Qué le habeís hecho al orbe de caramelo?, ¡Contesta!- Con una sonrisita que le resultaba insoportable a la perra omega la reina le respondió sin bajar nunca la mirada -Yo no le he hecho nada, el orbe cumple los deseos de quien al tocarlo pide con el corazón, Añeja Coneja no quería que tu tuvieras el orbe, por eso se fue lejos, y no lo vas a encontrar jamás... ni siquiera yo puedo saber dónde está.- La perra omega palideció mientas escuchaba aquellas palabaras, recobrando la compostura continuó -¡Son unas!... oh muy bien si estaís creyendo que no podre hacer nada... ¡estaís muy equivocada!; con la magia del molinillo encontrare el orbe de nuevo, ¡y os arrepentireis!- La reína solo la miraba con lástima, sin decir una palabra, solo susurro con decepción -¡No te saldras con la tuya!.

A las afueras del palacio la perra omega se dio cuenta de que estaba sola en la ciudad, no había ni un alma; con un movimiento del molinillo se subió a un globo de chicle con la reina en custodia y zarpó en busca de sus seguidores -Ya veremos quien sale victoriosa, ¡tu os vienes conmigo y mis seguidores!, no cras que he creído que no puedes encontrar el orbe, ¡y quieras o no me ayudaras a recuperarlo!- Y así con el molinillo mágico bajo su poder la perra omega sale en búsqueda de su séquito,

Continuará...



En el siguiente capítulo, conoce a... Rarosa Ocelota.

Bitácora onírica IV

Sombras del camino

Cual si fuera un fantasma que viene de recónditos reinos estaba ahí, largo e imponente el camino bajo mis pies; despejado, tan solitario tan sombrío, tan temible. Al resguardo de las sombras veía como llegaba a desaparecer entre el abismo, e intentando controlar las propias imagine que emergía fuego de mis manos, casi podía sentirlo quemando desde dentro. “Tal vez a sucedido, por fin he enloquecido”... mis lágrimas cayeron dentro de la oscuridad profunda, no pude encontrarles una razón de ser, simplemente no podía sentir nada, y poco a poco comencé a seguirlas mientras el viento con su caricia las desvaneció por última vez. Caía, no dejaba de caer: esperaba que el final llegara, o al menos el súbito dolor que yacía en el interior de mi memoria extinta, pero simplemente el flujo del tiempo parecía no permitírmelo. Exhausto dejé de luchar, me quise quedar flotando por siempre en este invisible lecho febril, bajo el rocío de la noche, bajo el manto de las sombras, solo, nada más solo.

Dulce Universo I

El reino de malvavisco

Era hace una vez, hace mucho... mucho tiempo, en la extensa planicie de nubes de malvavisco existía una ciudad llena de liebres y conejitos que vivían en armonía en las alturas del cielo, en su ciudad gobernaba la calma y los arco iris y auroras adornaban cada rincón llenándolo de color y alegría, las burbujas danzaban entre las calles empedradas de caramelos y las fuentes de chocolate. Todos los conejos trabajaban juntos para conservar su hogar impecable, feliz y en armonía como su reina había decretado hace milenios. El poder que mantenía la felicidad en el reino era el centro de su pacifica civilizaron, el orbe de caramelo: un místico objeto de un poder capaz de mantener el equilibrio del mundo o romperlo en un instante. El orbe era cuidado por los mas fuertes y hábiles conejos del reino, y se encontraba en las alturas más recónditas dónde ningún ser maligno podía usar su poder jamás, el orbe permitía a quien invocara su poder gobernar los cielos de malvavisco para reflejar en las nubes sus deseos e ilusiones, mismas que se extenderían a la tierra; si estos deseos provenían de un corazón oscuro el mundo podría hundirse en el caos y la desesperanza, pero con el orbe bajo el cuidado de la reina de los conejos, quien había sido la elegida para proteger y cuidar tan preciado tesoro de las garras del mal hacia ya muchos milenios por los antiguos sabios creadores de los místicos objetos dulces, no había duda de que el mundo podía seguir feliz; la reina coneja era bondadosa y amable, y bajo su mano la vida de todos los habitantes del cielo y de la tierra era justa y placentera.
Nadie más que la propia reina y los guardianes del orbe sabían con exactitud donde estaba oculto, y solo en una ocasión especial se le permitía admirarlo al resto de los habitantes del mundo; cada año el reino de los conejos celebraba el festival de la unión, una fiesta en la que los habitantes de la tierra podían visitar las nubes de malvavisco traídos por grandes globos de chicle en canastas de cocada. Los animalitos del mundo llegaban al reino de malvavisco con la ilusión de poder sentir el poder del orbe legendario y admirar a la reina guardiana. En el último día del festival, con ayuda del poderoso orbe, la reina escogía a un niño de entre todo el mundo, el niño con el corazón mas puro e inocente para que con el poder de su imaginación diera energía al orbe pidiendo un deseo lleno de fe. En el último día del festival, todos los habitantes del cielo y del tierra estaban presentes en la ceremonia principal para escuchar la proclamación de la reina; primero hizo su aparición el hada oveja Maritzilea de la mantequilla, quien en un despliegue de luces, y cambiando de vestuario mas veces que lady gaga en un concierto, apareció entre la emocionada multitud para presentar al niño que tendría el honor de subir al gran pedestal de la reina:

-Gente del cielo y de la tierra -comenzó el hada posándose sobre el pedestal de caramelo macizo- una vez mas yo, la gran hada Marirzilea de la mantequilla he venido ante ustedes para presentarles al niño elegido... Escogido por la mismísima reina y el poderoso orbe... un afortunado que... solo los de corazón puro pueden ser escogidos... por eso... -el hada solía hablar rápido y con vehemencia, interrumpiendo una da sus frases para decir la siguiente, el estar en público la aterraba, sin embargo no se dejaba vencer por el miedo- No había terminado el hada oveja su discurso cuando sonó la marcha imperial y del palacio salió la reina, escoltada de los dos conejos guardianes llevaba en sus manos, reposando sobre una fina almohadilla de algodón de azúcar, el poderoso orbe de caramelo. Se hizo un silencio absoluto cuando alzo sobre su cabeza el orbe para mostrarlo al público que gritaba eufórico hasta ese momento.

-¡Que pase el niño!- dijo la reina con decisión mientras las miradas de todos se posaban sobre un pequeño pollito amarillo -Anda hijo, es tu momento- Le susurró el hada oveja mientras con un movimiento de su molinillo mágico lo hacia flotar con suavidad hasta donde se encontraba la reina -El orbe no miente, tienes un corazón puro- Susurró la reina mientras tomaba aire para continuar hablando hacia la multitud -Mis leales y queridos súbditos: hoy hemos sido honrados con la presencia de este niño cuyo corazón puro será el que de un año más de paz a este mundo, hoy... -La reina no pudo terminar su emotivo discurso, pues súbitamente un estruendo quebró los arco iris y desde lo mas alto apareció una nube de humo negro desde donde bajo una poderosa onda maligna, era la perra omega -¡Hoy sera el final de vuestro reinado insulso! os he venido a retar- dijo la perra omega con un claramente fingido y forzado acento hispánico mientras todos corrían en pánico chocando los unos con los otros. Sin más la reina, con ayuda de el hada oveja y su molinillo mágico, dejó al pollito en manos de la primera persona que vio cerca, Añeja Coneja era su nombre. -Yo detendré a la perra omega, Añeja llévate el orbe contigo, no te preocupes; sabrás que hacer -¡nuuu su majestad corra también!- lloriqueó la coneja a quien no le extrañaba que la reina conociera su nombre, pues la reina conocía a todos los habitantes de su reino -La gran Maritzilea me ayudara, corre, es una orden.- le dijo señalando a la gran torre del orbe, los grandes conejos guardianes bajaron entonces a su lado y corrierón con ella -si su majestad- dijo Añeja cabizbaja mientras se llevaba al pollito y al orbe custodiada por los grandes guardianes.

Mientras tanto, en el pedestal ya había comenzado la batalla: -¿Maritzilea hace cuanto que no os veo?, luego de que me habéis delatado frente la reinucha esta... ¡hoy te he de joder!- Exclamo la perra omega bajando de su algodón de azúcar negro -¡Pues no puedes fíjate!- dijo el hada mientras con su molinillo mágico lanzaba chorros de miel a la cara de la perra omega quien aún más molesta se acerco a ella -¡no!, no soportare tanta dulzura... ¡Hipona ahora!- grito la perra omega aún sin poder ver por la miel en sus ojos, y entre el caos de la gente se escucho un estremecedor grito que paralizo a todos.-“¡Ah... eres desagradable!”- se escuchaba estruendosamente. La reina quien había estando orando en silencio todo el tiempo de repente lanzo su hechizo y con una señal al hada oveja está última comprendió que era su momento de actuar -Convoco al poder del místico molinillo mágico, que su magia derrote a esta perra y la envié a su prisión eterna...- y del molinillo salió un rayo de luz que se dirigía a la cara enmielada de la perra omega... pero... de pronto una hiena con cara de luna llena salto sobre la perra omega con un gran espejo -¡Sonrían pobretones!- dijo mientras el rayo se reflejaba ante ella como una ráfaga de luz intensa que hizo desaparecer a la reina y arrojó a Maritzilea lejos hacia el horizonte. El pánico cundía entre todos los animalitos, algunos quería alcanzar a la perra omega sobre el gran pedestal, pero de inmediato Hipona Gritona los paralizaba con sus gritos estremecedores -¡jajaja os he dicho que seria mi victoria, he conformado mi séquito!. Rió arrogantemente mientras recogía del piso la tiara de la reina que había caído de su cabeza antes de su desaparición -¡Lo logramos, tienes la corona!, por fin podremos gobernar y darnos el lugar que nos corresponde- dijo felizmente Hiena Cara de luna llena -Oh querida no he venido por súbditos, tampoco he venido por el trono, sabes que solo me interesa el orbe...- sus palabras se interrumpieron de pronto cuando otro chorro de miel cayó en su cara, Maritzilea había regresado -Esta vez no fallare perra- dijo apuntándola con su molinillo cuando Hipona nuevamente lanzó un grito ensordecedor que la dejó tambaleándose, Hiena cara de luna llena entonces aprovechó para darle un chanclaso con sus chancas de mercado con diamantes falsos haciéndola soltar el molinillo y caer de las nubes, Maritzilea desapareció en un segundo. -¡Controlen a los guardias! esto sera de lo mas guay cuando por fin obtenga el orbe de caramelo, solo tengo que quitárselo a esa coneja inútil y al niño pollo- Y así la perra omega caminó con sus dos ayudantes hacia la gran torre tras el orbe de caramelo.

Continuará...

Bitácora Onírica III

Solo en la oscuridad

Una vez más era parte de la energía en el universo, pero si mis ojos se cerraban desaparecía. “¡No quiero difuminarme, no quiero difundirme con el aire pues vuelvo a morir!”, sin embargo, levantar la mirada me estremecía pues no lograba ver nada, ya no podía sentir nada... Mi instinto me gritaba: “corre, sálvate de esta obscuridad”, pero no quise escuchar a nada, a nadie, no quise escucharme ni siquiera a mi mismo. Lentamente me levanté, mi cuerpo solo se elevaba entre el vacío, siguiendo mis ordenes desafiando toda lógica, finalmente mis pies pudieron alcanzar a tocar el suelo. Me mantuve de pie observando ese horizonte sombrío: nada, solo niebla obscura, vacío, todos habían desaparecido. El silencio me dejó escuchar una vez mas mi instinto peleando con mi consciencia, intenté eludir el bullicio que me agobiaba desde el interior, simplemente me decidí a huir de ahí…. Camino, pronto corro, pronto caigo rendido y de nuevo cierro los ojos; de nuevo estoy muerto, de nuevo solo… "¡NO!, no puedo terminar sin haber intentado una vez más”, y en un último intento volví a abrir los ojos lentamente; esperando que, al menos, en una ínfima parte hubiera logrado cambiar la oscuridad.


Solo un viaje

¿Tendrás un minuto para leer esto?

Salir contigo es más que eso, pero sabes... no necesito un hotel 5 estrellas o mucha comida deliciosa, no quiero planes más que los que surjan en cuanto vea tus hermosos ojos en medio de la multitud desprevenida. Solo quiero estar muy cerca de tí siempre y sentir tu espíritu cuando no lo esté.

Te amo, siempre te amaré, puesto que las distancias, el tiempo y hasta la vida misma no son más que un instante relativo; si mi estadía en el mundo es entonces solo un segundo, es un segundo que quiero vivir contigo. No importa que haga, no importa donde esté, lo que importa es que esté contigo para jugar, para sentir, para vivir, para amar…

¿Un viaje? siempre que esté contigo puedo hacerlo sin siquiera despegar los pies del suelo, sin separar mi cuerpo del tuyo.

Aquí estoy:
Toto


Bitácora Onírica II

Lucha interior

Inmóvil, de pronto me vi ahí, solo entre la gente; en menos de un segundo había perdido todo el sentido de mi vida, me encontraba entonces sin saber a donde iba, sin un rumbo, sin una dirección, sin un destino. Pensé un poco en mis problemas y me acongoje al recordarlos rodeado de tanta gente que simplemente, a mi parecer, me veía morir en esa sensación de inminente desastre, de peligro, de vacío. Esa sed que se convirtió en ironía al sentir la humedad de mi rostro, con abundante líquido en mis manos me sentía sediento a sobremanera. Mirando a los otros, solo vislumbraba sus penas; llanto y dolor había a mis alrededores, y entonces callé, solo callé para terminar la discusión incesante que dentro de mí se desataba, desapareció para siempre, o al menos lo hizo todo lo que una ves fui...


Bitácora Onírica I

Impácto

¿A caso un día cualquiera?, al caminar el calor del sol sobre mi rostro me hacía apresurar el paso sobre el brillante pavimento mientras alegremente todos salían sin preocupación alguna: caminan hablando animadamente desapareciendo en el horizonte de la larga avenida, pareciera que observaba al mundo fuera de mí mismo. Al pie de la reja negra que dejaba pasar las enmarañadas ramas y hojas de la flora veraniega entre sus barrotes, sin darme cuenta, me encontré ya hablando del que será, del futuro por venir. ¡Preciosa amistad! Pensé para mí para al ver a mi interlocutora sin poder identificarla claramente, estaba frente a mí, y sin embargo no podía reconocerla... De repente, se acerco desde el horizonte a gran velocidad una figura que parecía no detenerse, miré extrañado sin lograr adivinar que era, todos corrieron agitados, sin embargo no pude más que quedarme en ese lugar, solo veía frente a mí esa mirada perdida, vidriosa, que pareciera detenerse en el tiempo mientras la fuerza y el estruendo pasaban de largo como un ráfaga de viento. Cerré los ojos al aferrarme a los débiles barrotes que se tambalearon mientras temblaba la tierra bajo mis pies, luego llegó la calma: todo se calló, todo se oscureció.


Para mi querida niña

Querida niña:

Me gustaría poder saludarte aún que sea por última vez, pero ya que te has disuelto entre la tierra y el fuego no me queda más que enviarte esta carta por medio del aíre, y esperar a que llegue al cielo, si, al cielo; porque estoy convencido que cualquier lugar en el que tu te encuentres de cualquier forma no puede ser otra cosa más que el cielo.

Recuerdo ese día en el que mientras seguía en mi vida casi rutinaria de repente pasaste junto a mí, en ese momento me dispare desde mi sendero accidentadamente al verte, y no es que la vida nos pusiera en el mismo camino porque definitivamente de salí del mío; y tu tan inocente me viste tan desentonado con el resto del mundo que pensaste que estaba algo loco, solo te acercaste de forma curiosa pero sin darnos cuenta nos perdimos en la complicidad, dicho sea de paso que también estás un poco loca, después de todo ¿quién desentona más con el resto de todo que nosotros?, todo el tiempo compartíamos esos renegridos pensamientos, aquellos grises olvidos y esos tormentosos recuerdos, y sin duda que las estrellas cayeran a tu lado fue hermoso, aún que para mí lo verdaderamente extraordinario fue haber sacado de ti las fuerzas para regresaras al cosmos.

Ahora que solo te escucho ente susurros inaudibles me pregunto si es qué sigues esperándome, después de todo yo me decidí a serte infiel con está vida que entre su aliento lleva tu nombre escrito y como a las palabras se la lleva el viento, si algún día vuelvo a enconarte se que volveré a amarte sin importar si tengo que volar a interceptarte, así que no te preocupes por mí, solo búscame cuando baje de está caravana demente. Algún día te veré de nuevo, no importa donde porque ese lugar se convertirá en el cielo.

Con mucho cariño:
Toto


Un perro

En realidad este poema no me pertenece, ¡pero me gusta mucho así que aquí lo pongo también!
* * *

Te quiero a pesar de tus pulgas y de tu mal aliento
y de tus remolinos a cada lado del cuello
Pese a tus lagañas y tu nariz mojada
y el inconveniente de que se te cae el pelo
Te quiero a pesar de tus 15 años más/menos
no estas vacunado y le truenas los huesos a las ratas
además la mitad del día lo pasas con sueño
Pero por tu empeño en hablar el español
y por tus labios negros: te quiero.

Noche 983

En mis noches de insomnio llego a pensar en escribirte un poema, pero luego recuerdo que donde estás puedes leer mi mente, y entonces ya no necesito poesía; porque cuando por fin llegas apagas la hoguera un momento y entre las sombras te siento suave y cálida como las cenizas, e igual que a la flama, mis manos te avivan... Das vuelta en el último anillo de Saturno y de pronto giras el cosmos hacia el mundo, tan suave. Por un glorioso segundo me enseñas aquello que nunca sentí; tú, tan delicada, tan inocente y gentil, me provocas quebrar el destino apagando en la niebla la luz de la ciudad, a congelar en mis brazos un momento el tiempo y la oscuridad. Gritas mi nombre desde tus pálidos confines, déjame caer sobre tus suaves prados para oler esas flores que solo viven en aquellos frescos jardines, y me clavo en la tierra por no perderme en tu cielo, ese, el que de a poco me hace perder el sendero, el que lento me convierte en ese aire que respiran tus sueños. Y al retornar extasiada luego de ver derrumbarse los cerros y empolvarse los océanos con con inocencia me preguntas de donde es que saco tantas fuerzas, de ti, siempre ha sido de ti.


La vida en un sueño

Solo un poco de improvisación repentina. Como para ser analizado por mi psiquiatra, jajaja.
* * *

Una algarabía vertiginosa de una esperanza en coma
la lánguida existencia que se nubla por un momento
una pequeña fisura entre su espacio y mi tiempo
una mascara viva de una pálida piel sin dueño
tras elevarte tan solo un poco vuelves de nuevo al suelo
quebrando la vida un poco para pasar el día como un sueño.


¿Quién soy yo?

A veces te sientes especial, a veces nada, a veces todo... pero todos somos más de lo mismo, todos somos solo humanos.
* * *

Soy solo un rastro de pasado perdido en un para siempre
el intento de suicidio de una mente criminal
la libertad que vive dentro de una botella vacía
y, a veces, poco más que un burdo animal

Soy solo esperanza que espera cuando no queda nada
un camino sinuoso entre la oscuridad
el delirio de un vagabundo sin rumbo
y, a veces, el ruido del silencio en la eternidad

Soy solo un poco de lluvia y de aire
el heredero de nada en particular
la idea que piensas cuando no piensas nada
y, a veces, poco menos que ordinario y vulgar

Soy solo lo que no ha sido nunca
el sol congelado en el cielo del mar
la turbia linea con la que tejes locura
y, a veces, humano, a veces, normal.

Lecho vacío

Uno más que tiene dedicatoria, es una lástima que así el recuerdo me vuelva loco, pero por suerte no sufro la locura, simplemente la disfruto mientras pasa.
* * *

En mi lecho enfermo no tengo más nada, solo te tuve a ti
residuo más de un noble sueño de fiebre de verano
entre alquitrán y aguarrás me perdí sin tu mano
queda solo tu aura flotando perdida en la llanura blanca
como esperpento con mi fuego extinto lucha en vano
y entre la pugna aspaventosa la locura me visita de antaño
andrajosa pasa la vereda a este lecho inmundo
postrándose a mi lado tan solo por un segundo
derritiendo el tiempo mientras mi consciencia llueve libre
es un éxtasis agónico es un tremor tremebundo
un resonar del alma que desde mi soledad se abarranca
caricia que asciende a la sombra de la melancolía
dulce y fresca me alcanza incapaz de aliviar la sed de mi agonía
más entre los andares errantes queda aún el rastro tuyo
pues de la nada emana como sutil perfume de florecillas
solo se postra a mi lado y juntos vemos pasar el día.

Sombras

No se me olvida que esté lo escribí cuando vivía con Genaro, mientras yo escribía el pintaba la pared, las sombras de las paredes de nuestro departamento en realidad eran coloridas, lástima que a la anciana que nos rentaba no le cayeran en gracia.
* * *

Sombras se deslizan por las paredes solas trepando los muros
viajan a travez del pasado errantes y por incierto futuro
llegan y se van en el propicio de un efímero momento
tocándome raudas el corazón, destrullendo mi cerebro
que cuales seres siniestros acechan en cada esquina
y sobre la oscuridad se posan solas, leales y sumisas
invaden serenas lo siento, acortan, consumen la vida
he de sacudirme monstruos y escapar de las bestias
que aguardan feroces y asoman por las cornizas
temiendo que vuelvan al lecho donde mi alma se anida
me mantengo constante elevando, urdiendo entre toda la vida
esperando que se consuman solas, esperando a que llegue el día

El oso que no podía correr

No tengo idea de porque ese título ahora, esto es viejo, de hace casi 7 años. Quizás sea diferente a mi estilo actual, pero me ha llegado algo de nostalgia por aquellos tiempos y los celebro releyendo (y reescribiendo) estos pasajes. Próximamente subiré más de estos, ¿interesantes no?
* * *

Camina lentamente, entre el enredado verde de vida
Solitario y triste, desolado y derrotado...
acediado nuevamente por las sombras del pasado
buscando entre la hierva fresca la del olvido y la partida

Ojos de cristal inundados que intentan exprimir a la culpa
animal solitario que trata de escapar de la melancolía
estoico no quiere ya andar en la vereda sombría
de el susurro del ánima que con sus voces le inculpa

Bajo el cálido manto que ha dejado sin brillo a las estrellas
la tierra no anda, la noche también entristece
su vida se apaga, su corazón se detiene.

Gaby Bauch

Incrédulo espero despertar de esta amarga pesadilla
que me sofoca bajo el yugo de tu tormento
de la tierra ensoñada que escupe a mi rostro arcilla
y que me a quitado ya lo eterno de tu momento, tu momento.

Trasciendes eclipse total, te difundes de nuevo dama estelar
pureza de energía que bailas de nuevo sola al universo
y desde mi interior siento tu andar, no lo detengo
esta despedida no basta, no basta este insignificante verso.

Princesa de mirada afable ante el sinuoso horizonte
desafiaste al propio tiempo sin obtener la victoria
y de el roto cristal de tus sueños caí como un polizonte
dejándote atrás para siempre, olvidando por siempre mi euforia.

Hermosa joya que de luz de luna me deslumbras
no puedo contener este río como no contienes tu luz
me haz dejado en el andar de las penumbras
te izas solitaria y en la tierra estéril queda tu cruz.

Aquella promesa vivirá hasta que mis helados huesos no estén más
más las lágrimas estarán perdidas, no volverán jamás.
Descansa, descansa en paz.